Un mundo lleno de pequeños detalles...

martes, 19 de julio de 2011

Una Luna compartida.

Con mi leve sonrisa de niña pequeña, me acerqué para abrazarte, y con un cambio bipolar, acerqué tu cara junto a la mía. Tú me hacías rabiar para hacer que me diese la vuelta y ver mi contoneo de caderas y antes de dar más de un par de pasos, cogerme del brazo y volver a besarme mientras ambos sonreímos. En ese momento pude prometer que haría de ti la persona más importante de mi vida...
Cada día corro a verte, las mentiras se hacen dueñas de mi vida. Nadie existe más que tú. Las otras personas, ahora forman parte del pasado.
Eres la persona perfecta, sé que jamás te irás de mi lado, seguirás regalándome las mejores risas, las mejores caricias. Seguirás prometiéndome la Luna; siempre será nuestro lugar. No olvidaré nuestro sitio, me siento siempre allí contigo, lo siento tan cerca. Reviviendo aquel momento. Era nuestro principio, al que juramos no poner jamás un final.
Ahora estoy aquí sentada, mirando la Luna, nuestra Luna, con esas caricias pegadas en mi cuerpo. Con esas risas metidas en mi cabeza. Con el roce de tus labios...
Sigo en nuestro sitio, mirando hacia delante, lo sigo recordando, pero no de la misma manera. Ahora no estás tú, ahora no hay nadie. Te has ido. ¿Cómo pude llegar a ser tan imbécil? Dejando todo por ti. Ahora no queda nada...


Sólo una Luna compartida y yo.

1 comentario:

  1. Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido..

    Pd hoy todo lo demás es lo de menos

    ResponderEliminar